Tumbes, pequeño balneario del Perú

Tumbes

Es curioso que de un país tan extenso como el Perú, sea su departamento más pequeño y a pesar de ello tenga la mayor área de territorio protegida del país. Aproximadamente un 50% de Tumbes está siendo resguardado por la autoridad nacional y sus mismos habitantes. Entre los recursos naturales más destacables de esta localidad podemos encontrar a los famosos manglares, los bosques secos y los tropicales, sin dejar de lado, claro sus paradisíacas playas. Pero, admitámoslo, es Puerto Pizarro lo que atrae al visitante hasta el departamento más septentrional del Perú.

Puerto Pizarro se encuentra a unos 13 kilómetros de la ciudad de Tumbes, de ahí se sale en bote y llega a los manglares, formados por esteros o canales navegables justo en el delta del Río Tumbes, que alcanza hasta 6 metros de altura. Aquí, se refugian varias y distintas especies de aves, sobre todo en la Isla de los Pájaros, donde usted puede observarlas al atardecer cuando se retiran a dormir. También puede visitar las ya conocidas Islas del Amor y Hueso Ballena.

Y si es un entusiasta del windsurfing, ésta es la ocasión, así como el esquí o los paseos en lancha. Tumbes es también una provincia famosa por su muy buena cocina a base de las exóticas conchas negras y otros moluscos, a los que se les adjudica propiedades afrodisíacas, excelentes para entonar la excursión.

Sin embargo, no son sus bellas playas lo que único que Tumbes tiene por ofrecer para quienes escogen este destino en Perú. El Santuario Manglares de Tumbes, es una nada despreciable opción, ubicada en el embarcadero del Puerto 25. Búsquese algún comunero proteccionista de guía y ya tiene asegurada una visita a la misma área protegida donde habita una raza de cocodrilo en estado silvestre y en peligro de extinción.

Después puede darse un buen baño en el Canal de Zarumilla. Si se va hacia el sur se encontrará con las ya muy turísticas playas de Zorritos, Punta Sal y Máncora. Pero si su afán es de explorar, a la altura del kilómetro 1,242, justo en el limite entre Tumbes y Piura, puede encontrar playas con hospedaje entre 7 u 8 dólares la noche, donde podrá descansar al ritmo de las olas del mar. Eso sin contar que puede degustar la langosta recién extraída del mar, la cual tiene un sabor delicioso, y las canchemas son toda una tentación en el desayuno.

Ya en el mismo pueblo, sólo cruzando la pista, los pobladores pueden ofrecer guías a precios módicos por los bosques secos. De paso puede que en el dolor del tumbesino por sus boques talados, encuentre una razón más para proteger nuestras bellezas nacionales. Vaya pues, y cuente a todos que esta riqueza es una que vale la pena defender.

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