Recorriendo los rincones de Cuzco
La ciudad imperial de los incas tiene mucho por mostrar, ningún programa de las agencias turísticas los incluye todos porque son sencillamente demasiados, imposible verlos todos en una estadía de 4 o 5 cinco días. Pero si tienes algo más de tiempo o si es tu segunda visita al Cuzco y quieres ver algo más que el espectacular Machu Picchu, Ollantaytambo, Saksaywaman, los tres complejos arqueológicos más visitados, aquí te dejo algunas alternativas.
En principio, sin salir de la ciudad, la Plaza de Armas cuzqueña siempre convoca a los visitantes, un paseo por allí, ver la catedral, conversar con los turistas y los lugareños puede ser entretenido antes de cenar en alguno de los restaurantes del perímetro.
A 10 minutos de la Plaza de Armas y a 500 metros de Saksaywaman se encuentra la Reserva Ecológica Llaullipata, un lugar en el que te informas sobre la cosmogonía inca y su manera de observar y entender el movimiento de las estrellas, también hay un domo en el que se proyectan vistas del universo y telescopios de última generación para que observes el firmamento. El acceso cuesta 3.5 dólares.
Cuzco tiene una energía extraña, un misticismo que envuelve por completo la ciudad y crea una atmósfera diferente. Pasear de noche hacia el barrio de San Blas es una buena manera de disfrutar de esa sensación. La calle iluminada, la caída de agua, el templo, la acera empedrada, las paredes de piedra, el silencio, el cielo encendido… muy recomendado especialmente para las parejas. Es más, si puedes, hospédate en este barrio, se encuentra a solo 4 cuadras de la Plaza de armas y su gente es cálida y amable, hay muchos artesanos entre ellos.
En la intersección de la Calle Hatunrumiyoc y el Jirón Herrajes, sobre las bases del palacio de Inca Roca, hoy se puede apreciar el palacio Arzobispal, en el lugar hay un museo religioso, pero lo que los visitantes más aprecian es la maestría de la arquitectura inca, en los muros de la base del palacio de Inca Roca se encuentra la famosa piedra de los 12 ángulos, testimonio de la destreza de los constructores incas.
En general, las noches cuzqueñas son muy intensas, pasear por las calles empedradas antes de entrar a un bar o una disco, o antes de irte a descansar para amanecer en Machu Picchu, va a ser una experiencia muy plácida.
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