Santuario de Pachacámac, historia milenaria
El rumor de las olas rompiendo se escucha en la distancia y algo que proviene (pareciera) del centro de la tierra vibra. Hay lugares en el Perú de los que se afirma tienen mucha atracción magnética, que se siente algo especial cuando uno está allí, como en Machu Picchu, por ejemplo, o en el anfiteatro de Caral, o en la Reserva del Manu al atardecer.
Lo dicen, sin embargo cuando uno lo experimenta la cosa cambia, el panorama es otro. En Lima es posible conocer muchos lugares que de alguna manera prefiguran lo variado que es el país entero, tanto en su presente como en su pasado histórico.
En el Valle de Lurín, en el sur limeño, se encuentra ubicado un impresionante complejo arqueológico llamado Santuario de Pachacámac, un centro ceremonial que data del año 200 a. C. y que desde entonces ha ejercido una fuerte influencia espiritual, incluso hasta nuestros días.
Cuando los incas llegaron a la costa, reconocieron su importancia y establecieron aquí templos al sol y áreas para que sacerdotes pudieran ejercer sus labores espirituales.
Todavía hoy hay quienes van a realizar un «pago a la tierra» (una ofrenda en la que se vierte licor en la tierra y se entierran algunas semillas o frutos, y hojas de coca) en el Santuario de Pachacámac, en unas ceremonias religiosas cargadas de emotividad.
Se accede al Santuario de Pachacámac de manera muy sencilla, desde el centro de Lima, por la carretera Panamericana Sur, en un recorrido que comprende 131 km y toma al rededor de 45 minutos. En el lugar hay un museo de sitio bastante interesante y el valor general por el ingreso tanto al Santuario como al Museo es de 2 dólares por persona.
El pago al guía cuesta 2 dólares más. Es necesario que programes tu visita al menos con una semana de anticipación al siguiente teléfono: 430-0168. Si quieres obtener mayor información pásate por su web, pachacamac.perucultural.org.pe
Cuando visites el Santuario de Pachacámac recuerda llevar protector solar y ropa cómoda, así como una botella de agua. Antes de empezar el recorrido se aconseja ir al baño, pues la visita dura 90 minutos y en el Santuario no hay baños disponibles (son estructuras de más de 21 siglos de antigüedad).
Al Santuario de Pachacámac no es posible ingresar alimentos, pero no te preocupes, porque en Lurín, a 5 minutos de allí, encontrarás muchos restaurantes rústicos con vista al mar (te recomiendo probar los chicharrones), hasta podrás dar un paseo a caballo después de almorzar.

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